Con la finalización de esta obra, se ha dado el primer paso en el proceso de renovación de los paseos del parque, tal y como los conocemos. Esta renovación, llamada a producirse de forma progresiva y respetuosa, será la clave para integrar los paseos del parque en el esquema peatonal de la ciudad de Huesca.
El nuevo disco de acero inoxidable que configura la nueva fuente, aunque es el elemento más visible, es tan solo una pequeña parte de una instalación compleja y bien ejecutada. La delicadeza del aro, de los pilares que lo sustentan y de los vasos de hormigón blanco que componen su base, contrastan con la robustez de sus instalaciones, situadas en la caseta contigua.
A través de las miles de perforaciones practicadas en la base del disco de acero, el agua cae en delicadas cortinas que definen el espacio sin cerrarlo, hasta unos vasos de hormigón blanco desde donde es bombeada al depósito de compensación de la caseta y de allí, nuevamente, impulsada hasta el aro. Cuatro bombas trabajan al unísono para mantener un caudal constante que permita construir la cortina de agua sin interrupciones
El sonido del agua al caer refuerza la sensación de aislamiento del entorno y ayuda a completar la experiencia sensorial del peatón, para quien las paredes de los vasos de hormigón dibujan los caminos de acceso y salida a la fuente, acompañándole en su paseo.
En el interior, los bancos dispuestos de manera concéntrica junto a las cortinas de agua invitan a disfrutar del frescor y el arrullo de este nuevo microambiente, que, durante la noche, transforma sus paredes en muros de luz gracias a la iluminación led dispuesta en la base del aro.
Que esta fuente concebida como punto de encuentro se convierta también en el punto de partida de la renovación del parque que está por llegar.
