Este edificio ha recibido el Premio Ricardo Magdalena en su XXXVIII Edición. Diciembre 2016
La parcela elegida está en la parte central de la urbanización, junto al área de servicios comunes, delimitada por dos viales a este y norte y por otras dos propiedades a oeste y sur. El acceso natural a la parcela se realiza por el extremo noroeste del solar, permitiendo de este modo liberar el área situada al sureste, para jardín.
La propiedad quería una vivienda de una sola planta en la que espacio construido y espacio libre estuvieran estrechamente relacionados. Por este motivo, les propusimos dividir el programa en distintos volúmenes, dando a cada uno una superficie, altura y posición distintos. A continuación, decidimos disponerlos en torno a un patio central de tal forma que este espacio interior no quedara cerrado del todo, permitiendo así su conexión con el jardín.
EL programa se dividió de la siguiente forma, empezando por el extremo noroeste: Acceso, Garaje-Instalaciones, Habitación invitados-Sala de Juegos, Habitaciones principales, Estar-Comedor y, finalmente Cocina-despensa-lavadero. A todos ellos se accede desde un pasillo perimetral al patio, que presenta un ancho variable, y hace así las veces de vestíbulo, distribuidor o filtro, en sus distintos tramos.
Entre estos volúmenes cerrados aparecen espacios cubiertos por pérgolas -como son el acceso, la lámina de agua o el porche junto a la cocina- a modo de espacios intermedios que difuminan puntualmente los límites de la casa, matizando la luz o delimitando, sin cerrarlos, espacios exteriores.
En resumen, la variada volumetría que caracteriza esta vivienda es resultado directo de la distribución de los distintos usos, de las relaciones entre ellos y del diálogo que se genera entre el interior y el exterior.
El resultado es una vivienda animada a la par que ordenada, volcada sobre si misma a la par que abierta al jardín que la rodea. En un entorno sin referencias claras, este proyecto ofrece en sí mismo un hábitat hecho a la medida de sus habitantes.